El dinero, poder y gloria, ya no engañan a casi nadie, ya no "venden la "felicidad"", sino el anhelo interior de amar y ser amados, de demostrar quienes son, somos realmente.
Como siempre, la gran mayoría, aunque su interior se lo diga a gritos, espera a que otros den ese primer paso, para que, en caso de estar equivocados no sean tratados como los únicos tontos. Pero, lo que en verdad es de tontos es seguir esperando por algo exterior cuando debe partir de nuestro interior. El cambio, el despertar, no vendrá de fuera, sino de la iniciativa amorosa de aquellas personas valientes que sean capaces de defender el único derecho y deber del ser humano: Poder amar.